El futuro es impredecible, la situación que estamos viviendo provoca gran incertidumbre para todo tipo de negocios. La agilidad es más que nunca necesaria para adaptarse a nuevas realidades. ¿Será tu marca capaz de adaptarse y sobrevivir?

No hay nada que guste más a los negocios que la estabilidad. Los mercados consistentes facilitan los resultados, pero los mercados volátiles cuestionan cualquier principio. Todos los negocios dependen de los clientes, las marcas se dirigen a los clientes, entonces no queda otra estrategia que la agilidad para adaptarse y adoptar como propias las nuevas demandas y deseos del mercado.

Las marcas que sobreviven y salen fortalecidas de cualquier situación de inestabilidad son aquellas que han sabido ser ágiles, adaptando su propuesta de valor a las nuevas demandas de la sociedad. Frente a la complejidad del mundo actual, se ha convertido en un reto cada vez mayor para las empresas lograr ventajas competitivas sostenibles. Para sobrevivir en estas circunstancias, las Organizaciones deben reaccionar rápidamente a las circunstancias y acelerar sus respuestas frente a los ciudadanos. Pero la agilidad es algo que va mucho más allá de la velocidad.

Agilidad empresarial

La agilidad empresarial se refiere a la capacidad de evolución de los valores, los comportamientos y las capacidades de la Organización. Más formalmente, podemos definir la agilidad como el desarrollo y mantenimiento continuo de la capacidad de tomar decisiones en circunstancias cambiantes. La agilidad supone la habilidad de la Compañía para:

  • Adaptarse rápidamente a los cambios del mercado, tanto interna como externamente.
  • Responder con rapidez y flexibilidad a las demandas de la sociedad.
  • Adaptar y liderar el cambio de una manera productiva y rentable sin comprometer la calidad.
  • Mantener su ventaja competitiva.

Para aumentar su agilidad, una empresa no sólo necesita adaptarse con flexibilidad, sino que debe ser capaz de plantear nuevas soluciones para nuevos escenarios.

Cómo lograr agilidad en los negocios

Las personas, y no los procesos, son lo que logran que el cambio ocurra. Por lo tanto, es necesario primero involucrar a las personas adecuadas en el momento adecuado y de la manera correcta. Darles objetivos claros, concisos y centrados en el cliente. Y promover la comunicación y la colaboración entre el equipo. Las formas serán lo segundo a considerar, partir de unos objetivos, identificando responsables, señalando cómo se hará, cuál será la organización adecuada para garantizar el resultado.

3 pilares para la gestión de la agilidad empresarial

Como se ha señalado anteriormente, la agilidad empresarial puede dar a una marca una ventaja competitiva ofreciendo una gran experiencia al cliente fruto de una rápida organización y absorción de aprendizaje, fundamentado en una ejecución que para nada sacrifique la calidad. 3 son los pilares que fundamentan la agilidad:

Percepción

La identidad de una organización se ve proyectada en su imagen. En momentos de cambio es necesario asegurar que la imagen y la identidad se mantengan unidas, para construir una percepción positiva de manera permanente.

Actitud

Las capacidades dinámicas son la base de una Organización para adaptarse, cambiar y aprovechar mejor las oportunidades. La actitud frente al cambio, dejando de lado la zona de confort, facilita la anticipación y el logro de ventajas competitivas.

Liderazgo

El liderazgo implica responsabilidad y visión. Las empresas ágiles cuentan con liderazgo colaborativo, aquél que es capaz de involucrar a la inteligencia colectiva para entregar mejores resultados que traspasan las fronteras habituales cuando los mecanismos ordinarios de control están ausentes.

Vivimos tiempos de incertidumbre en un mundo volátil e incierto, además de complejo. La agilidad en los negocios es una forma de superar con éxito parte de esa ambigüedad aportando un enfoque para adaptarse y seguir siendo importante para el mercado.

Carlos Puig Falcó, CEO de Branward

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